Tuesday, August 7, 2012

CUANDO LA VIDA SE ACABA...

Estaba solo...Solo y cansado... Abrumadoramente cansado...
Los años le pesaban. Tenia que aceptarlo, ya no era joven,
habia cumplido ochenta, ochenta años y estaba solo...
Desdichadamente solo, como todos, como nadie, solo.
Su pasado era un recuerdo, su presente un universo de
soledad... y su futuro, la nada.... Pasado y futuro los habia
sepultado hacia unas horas, en el mismo feretro donde
descansaba su esposa. Su existencia actual era una
sepultura.
Estaba sentado a la mesa de la cocina, frente a una botella
de vino y un vaso a medio llenar, un cigarrillo en su mano,
en penumbras, la mirada abismada en si mismo, la cara roja,
perlada de transpiracion. De cuando en cuando apretaba
las mandibulas, unico movimiento, ese y el pestañeo, unicos
indicios de vida... Casi una estatua, una esfinge inmemorial,
eterna, ajena a todo... A las tempestades, al paso del tiempo,
a la historia...inmutable. Inexpugnable en su silencio.
Bebio el ultimo vaso de vino, tembloroso y torpemente, de
un trago, brusco y seco, en un gesto desesperado y
doloroso, para retornar a la quietud, neutra, estoica.
Transcurrio media hora, y la cabeza comenzo a inclinarse
sobre la mesa, lenta, inexorable, fatidicamente, un ronquido
profundo, y otra vez el silencio. Un silencio absoluto.
A su alrededor, la cocina, a oscuras, reproducia amarillentas
fotografias colgadas de la pared: Padres, esposa...un hijo...
todos muertos... Muertos como el...

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