Ave de paso,
fugaz viajero desconocido,
fue solo un sueño, solo un capricho, solo un ocaso,
duro un instante, de los que llenan toda la vida...
Era la gloria de conocernos,
era el encanto de la hermosura,
era algo vago, era esperanza, era una luz
en nuestras vidas...
Siempre soñaba en esos ojos,
en su semblante desvanecido,
lo dibujaba con pincel tenue,
mojado en besos, colores vivos...
Ida es la gloria de sus encantos,
pasado el sueño de su sonrisa...
Yo lentamente sigo la ruta de mis quebrantos,
el, fugado como un perfume sobre la brisa...
Quizas ya nunca nos encontremos,
quizas ya nunca vere a mi errante desconocido,
quizas la misma barca de amores empujaremos
el de un lado, yo de otro lado, como dos remos,
toda la vida vagando juntos y separados al mismo tiempo...
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